Ante todo deciros que he vuelto y pegando fuerte, (a ver cuanto me dura) asi que daros las gracias a todos aquellos que me habeis estado mandando mensajes ya fuera por aqui, por face o por twitter, también espero hacer alguna cosilla nueva, pero ya veremos, poco a poco que hace mucho que no toco ell teclado y ando algo perdida...jejeje.
En fin.... ya que he vuelto, e escrito esto dedicado especialmente a vosotros, aquellos que habeis estado apoyandome y preguntandome donde andaba.
Se trata de una nueva historia que tendrá algunos capitulos, espero que os guste ya que lo hago con todo el amor.
Un beso sangrientamente hermoso para todos.
Princess of Dark ha vuelto!!!
EL SECRETO (1ª parte)
Miedo. Era el único sentimiento que cruzaba su rostro. No era ni la primera, ni la última vez que Evangeline vería aquella expresión.
Hipnotizó a su victima, una puesto joven de unos 20 años, no solo para que el pobre no sintiese dolor alguno, sino también para no tener que ver en sus pensamientos al horrible monstruo en que se había convertido.
Una vez el muchacho dejo de tener color en las mejillas paró. No quería dejarse llevar por sus instintos de nuevo y menos con aquel crío. No. Las únicas veces que le había pasado siempre habían sido personas ancianas y enfermas las cuales agradecían el mordisco de gracia. Siempre era difícil parar, ya que las últimas gotas de sangre eran una auténtica maravilla. Aquello que todos los vampiros buscaban, algunos lo describían como el éxtasis total.
Dejó al chico inconsciente cerca del hospital general de aquella ciudad y siguió su camino, pensando y atormentándose por la existencia a la que había sido condenada.
Cavilando sobre el hambre que tenía se dio cuenta de que alguien la seguía. Aquella noche tendría suerte, ya que debido a su magnífico y extraño atractivo las únicas personas que la perseguían solían ser violadores y degenerados con los que se daba unos buenos banquetes. Proyectó sus sentidos para averiguar donde se encontraba aquel ser despreciable, pero para su sorpresa no encontró nada… Extrañada se puso alerta y giró rápidamente justo para ver como una sombra se escondía en un parque cercano.
Un vampiro, pensó.
Se planteó seguir su camino, pero la curiosidad y la sensación de soledad pudo con ella. Caminó relajadamente hacia el parque mientras intentaba vislumbrar algo entre los arbustos, cuando sin previo aviso alguien cayó pesadamente sobre ella, aprisionándola contra la húmeda hierba.
-Buenas noches bella Evangeline…- susurró una profunda voz en su oído.- Me ha costado mucho tiempo dar contigo, pero al fin he logrado encontrarte…-
Aquella voz hacía que la joven vampira temblara de pies a cabeza, jamás la había escuchado, pero era como si llevase toda la vida esperándola.
-¿Quién eres?- espetó furiosa.
El hombre la soltó al mismo tiempo que daba un salto hacia atrás en señal de autoprotección. Evangeline se levantó y consiguió ver el rostro de aquel hombre al fin. Se quedó sin aliento. Era el ser más apuesto que había visto tanto en su vida humana como en su nueva vida como vampira. No pudo contener un escalofrío que recorrió su columna vertebral por completo.
-¿Qu-quién eres?- Consiguió volver a decir.
-Mi nombre es Damon, y llevo mucho tiempo buscándote pequeña…- Aquel misterioso vampiro tenía la mirada de Evangeline capturada bajo su influjo, cada vez se iba acercando más y más a ella, sin que esta pudiese darse cuenta.- no tengas miedo querida… no pretendo hacerte ningún daño, solamente estoy aquí para protegerte-.
Evangeline soltó un pequeño suspiro inaudible para un humano, pero claro… no estaba con un humano… La sangre subió hasta sus mejillas inundándolas de color.
-Te ves preciosa cuando te sonrojas…- Damon estaba a unos veinte escasos centímetros de ella, pero Evangeline no podía hacer absolutamente nada, algo en su interior le decía que aquel hombre era lo que había estado buscando durante toda su vida.
Ella estaba muda, no conseguía comprender como sus defensas estaban tan bajas, aquel hombre podía hacerla pedazos en cuestión de segundos y ella seguía firme en su posición.
Notó una pequeña descarga cuando la mano del vampiro rozó su mejilla, cerró los ojos y se dejó llevar a un lugar muy profundo dentro de su mente, un lugar que no visitaba desde antes de su transformación.
Pudo sentir como Damon la atraía hacia sí con su fuerte abrazo, y como junto lentamente sus labios a los de ella. Se deleitó en aquel suave y sensual beso, una caricia interminable, inexplicable… Por fin algo en su mente se encendió como una chispa, algo que le decía “libérate” pero Eva no quiso hacerle caso y se fundió en un delicado beso, un beso perfecto.
Cuando quiso darse cuenta el vampiro la sostenía en vilo, sus piernas habían cedido ante el embrujo de aquel beso. Suavemente la dejó en el suelo y esperó sentado a su lado a que se repondría.
-¿Por qué…?- aventuró a decir al fin.
-Se que tienes muchas preguntas querida, y todas ellas serán respondidas, pero no aquí, hay mucha gente buscándote y no dejaré que nadie te lastime- la miró intensamente a los ojos. Aquellos profundos y seductores ojos verdes que la transportaban lejos, a un lugar seguro- espero que puedas confiar en mi y venir conmigo. No puedo decirte a donde vamos, aquí no, nos vigilan…-.
Cuando acabó de decir aquellas últimas palabras se escucho un profundo aullido no muy lejos de allí.
-¡Levántate rápido!- la cogió fuerte del brazo y la levantó del suelo- ¡Corre lo más rápido que puedas, nos han encontrado!- Tiró de ella mientras comenzaba una veloz carrera hacia la carretera estatal.
Las cosas sucedían muy rápidas en la mente de Evangeline. ¿Quién les perseguía? ¿Por qué? ¿Estaba bien fiarse de aquel vampiro?
De pronto escucho su voz en la mente. “Hombres Lobo, así que corre con todas tus fuerzas y cuando lleguemos al coche que esta aparcado más abajo entra rápido”.
Por fin pudieron vislumbrar un Masseratti negro aparcado en una de las calzadas. No dudó un instante y se subió en el coche ya en marcha. Dentro había una mujer, una mujer que le golpeó la cabeza tan fuerte que lo único que pudo ver ya fue oscuridad total.