Buenas noches mis queridisimos esclavos nocturnos. Aqui me encuentro para publicar al fin la continuación para la que me ofrecí voluntaria a escribir. del blog El club de las Escritoras.
Así que espero que os guste y bueno Dulce, espero que no sea demasiado largo y que te guste la nueva trama que introduzco^^.
CONTINUACIÓN DEL RETO TEJIENDO UN CUENTO
No entendía nada. Me quedé mirando hasta que doblamos la esquina. No me daba cuenta de la fuerza que estaba haciendo con los brazos, hasta que Roberto me dijo:
-Nena, ¿acaso te da miedo mi forma de conducir?, no te preocupes, estoy conduciendo a una velocidad prudente- encima él creía que era porque tenía miedo…
-Ya, ya lo sé- es lo único que pude contestar- ¿A dónde vamos?-.
-Ya lo verás cuando lleguemos…-
Mientras Roberto conducía, yo iba sumergida en mis pensamientos, aún no entendía porque Michael iba a querer estar con alguien como Stacy, aunque bueno… mirándolo desde otra perspectiva, seguro que Michael tan solo pensaba en provocarme celos. ¡Já! Si en serio creía que me iba a poner celosa, iba dado.
Salí de mi ensoñación y contemple el lugar en el que nos encontrábamos. Era un edificio que no conocía. Estaba claro que no estaba en el pueblo, ya que habíamos conducido durante un buen rato.
Era un hotel, y de cinco estrellas la verdad. ¿Pero que pretendía este chico?, no se que era lo que esperaba de aquella noche, pero seguro que no era lo mismo que yo.
-¿Por qué me trajiste aquí? ¿Acaso piensas….?¡ Aaarrgh!-.
Comencé a caminar a grandes zancadas, y creedme que las cuales con los zapatos de tacón que llevaba no era nada sencillo. Estaba intentando encontrar una parada de taxis con la mirada, cuando Roberto me agarró del brazo y me dijo:
- Caroline, espero que no hayas pensado nada de lo que creo, porque lo cierto es que estas bastante confundida- me miró a los ojos con esa intensa mirada la cual hacía que mis piernas temblaran- yo jamás, escucha bien, jamás te obligaré a hacer nada que tú no desees. Lo único que quiero es que me des una oportunidad, y quiero que sepas que si alguien intenta hacerte daño, como hace unos minutos ha pasado, tendrá que vérselas conmigo-.
Me quedé helada. No solo por esa clara dulzura de sus palabras, sino porque se había dado cuenta de lo de Michael y Stacy, y no había dicho nada para no incomodar la velada. En aquel momento me acerqué un poco más, hasta que nuestros cuerpos casi se tocaban.
-Gracias-.
Él me miró intensamente a los ojos. Mi mente intentaba comprender todo lo que había pasado en los últimos días, intentaba asimilar como habían ido sucediendo las cosas, y en que se habían convertido.
-No tienes que darme las gracias, ten por seguro, que si alguien intenta causarte daño alguno, yo no sé de lo que podría ser capaz…-.
Sus palabras eran nuevas para mí. Mi mente me decía que sería alguna treta suya para llevarme a la cama, pero mi corazón… mi corazón me decía todo lo contrario. Que aquel chico que tenía delante era el verdadero Roberto, no ese que siempre anteponía el quedar bien, e impresionar a sus amigos.
- ¿Qué es lo que vamos a hacer?- conseguí aventurar.
-Es una sorpresa-.
Su media sonrisa me cortaba la respiración. Imaginaba que me habría llevado allí a cenar. El Porto Bello era uno de los hoteles más prestigiosos de la zona, ya que tenía unas vistas magníficas al mar, su restaurante era un cuatro tenedores, y poseía un magnifico spa, el cual siempre había querido probar.
Roberto me condujo suavemente con la mano a mi espalda hasta la recepción. Me dijo que esperase y fue ha hablar con la joven que atendía el teléfono. Al cabo de unos segundos y una comprobación en el ordenador volvió junto a mí.
-Vamos, espero que tengas hambre- me dijo sonriéndome otra vez.
Un hombre de unos cincuenta años nos condujo al interior de un amplio comedor, el cual estaba abarrotado. Pasamos de largo, lo cual creó cierta curiosidad en mi interior.
-¿Dónde vamos?-.
-Ya lo verás, no seas impaciente preciosa-.
¿Y lo de nena, donde había quedado? Cada vez Roberto me sorprendía con algo nuevo que jamás habría podido imaginar en él.
Llegamos a una pequeña habitación, decorada en blanco y negro. Tenía una sola mesa para dos comensales, y unos sillones a juego con una mesita de cristal, los cuales se encontraban sobre una alfombra de pelo blanco. Estos daban a una imponente chimenea de ladrillo negro.
Roberto comenzó a reírse, al mismo tiempo que yo me daba cuenta de que tenía la boca abierta de par en par.
-Señorita- me dijo señalándome la mesa, la cual estaba decorada con unas velas también negras, a juego con la porcelana de los platos, y haciendo contraste con el blanco del mantel y las copas. Si, las copas eran blancas, del un blanco perlado. Mi cara de asombro me delató mientras nos sentábamos.
-Las copas son mías. Si es eso lo que te preguntas- ladeó la cabeza y volvió a esbozar aquella media sonrisa que me encantaba-son preciosas ¿verdad?, las traje en uno de mis viajes a Suiza. Cristal de bohemia lacado en perla. Lo cierto es que cuestan una fortuna, pero merece la pena beber en ellas-sirvió un poco de agua en las copas.
No entendía nada, estaba muy confusa ante todo lo que estaba sucediendo en tan corto lapso de tiempo. Abrumada ante todo lo que me rodeaba conseguí articular palabra.
- ¿Donde estamos?-.
-Es un reservado privado, el cual poca gente ha pisado. La sala amanecer. Le puse yo mismo el nombre- esquivo mi mirada, e hizo un gesto como reprochándose algo- pero no me gusta hablar de eso-.
¿Que ocurría aquí? ¿Cómo que él había puesto nombre ala habitación? Y, ¿Por qué estábamos nosotros allí si era tan exclusiva?
-¿Hablar de qué?- le pregunté- ¿Cómo que tú le has puesto nombre a este sitio?-.
Su rostro cambió. Pude ver como su expresión pasaba de la culpabilidad por haber dicho algo que no debía, a la tristeza. No entendía porque estaba de repente tan triste.
-Ya te he dicho que no me gusta hablar de estas cosas, pero es como si en ti pudiese confiar…-titubeó un poco- como si pudiese ser yo mismo cuando estoy contigo-.
No os podéis imaginar la cara de lela que tenía en ese momento. Continuó hablando intentando ignorar mi cara de pánfila.
-Lo cierto es que este hotel es…mío- me miró como si hubiese hecho algo malo- entre comillas podríamos decir, ya que no vengo casi nunca por aquí-.
¿Qué? ¿Cómo que era suyo?
-¿Me estas diciendo que tu eres el dueño de este lujoso hotel?-.
-No exactamente. Es de mi padre. Soy hijo de Lorenzo Di Steffano…- lo dijo como con miedo a mi reacción. Y la verdad es que aquella revelación me dejo helada.
Lorenzo Di Steffano, era un empresario italiano muy importante, pero en aquella zona no se le tenía en mucho aprecio, ya que estaba destruyendo parte de nuestras tierras y bosques para construir edificios. Corría el rumor de que era parte de la mafia italo-americana, y que era tan poderoso como peligroso.
Roberto estaba callado y muy serio. Esperando mi contestación. Así que no pude contenerme más. Lo solté con calma pese a mi obvia sorpresa.
-¿Eres el hijo del multimillonario más famoso de los alrededores?-.
Él me miró y soltó el aire que había aguantado dentro.
-Pues aunque no me guste un pelo…es así. Aunque por favor Caroline, no se lo cuentes a nadie. Ninguna persona del instituto sabe que en realidad soy su hijo, ni que tengo todo esto- señalo a su alrededor- para montar fiestas ya tengo mi casa, no me hace falta un hotel, ni alardear de dinero. Aunque no lo creas es así-.
-¿Pero entonces porque me has traído aquí sino para alardear?- Roberto bajo la mirada y comenzó a hablar entre susurros. Hasta que de pronto me miró fijamente.
-No te he traído aquí para que veas cuanto dinero tengo. Sino para que sepas como soy en realidad. Quiero que veas lo que jamás muestro a nadie, y así quizás empieces a confiar en mí. Caroline yo…-.
De pronto una puerta se abrió y ante nosotros apareció un hombre de unos 40 años, con algunas canas, pero muy apuesto. Estaba perfectamente arreglado con un traje que parecía bastante caro. Literalmente un hombre con clase, pero también destilaba la palabra peligro en sus fríos ojos azules.
-Roberto, hijo. Que sorpresa verte por estos lares, y menos en tan buena compañía. ¿Es que no me vas a presentar a esta hermosa joven que hoy te acompaña?-.
Espero que os haya gustado, y espero vuestra opinion^^
Un beso hermoso y sangriento
5 comentarios:
Es el primer trozo k leo d la hstoria y me ha djado kn ganas d mas.
Me gusta mxo el prota, lo sensible k es y lo dulce k es con Caroline... Mala suerte k su padre sea un kapullo...
Solo spero k se enamore perdidamente d el y sean felices. Tngalo en cuenta x favor!!
Un beso y enhorabuena Princess.
P.D. D largo nada, k se m izo cortisimo:O
Hola guapa!, k tal?. Bueno, ante todo kiero darte las gracias x participar en este reto y x haber creado una continuación tan chula. Yo ya comenzaba a echar en falta datos sobre la vida d Roberto y tú has sido muy pespicaz al darte cuenta d ello también e idealizar un padre millonario... Creo k esto puede dar mucho juego...
Bueno princesita, ya mañana "coseré" este trozo a la historia despues d repasarla y dejarla al pelo y daré comienzo a la siguiente fase.
Saludos guapa y hasta otra!!!
por fin lo terminas!
Pnse que te jubilarias tratando de concluirlo XD. No puedo leerlo, no me entero de nada. Me he perdido muchas entregas...
hola dark princess, siento no haber rspondido es q no estube en la compu dsd hac dias T_T pero ya volvi, gracias por pasart, sobre lo de los metamorfos conosco esa parte, olvide incluirla lo siento XD pero lo de la genetica se deberia aplicar a todas las creaturas vivas, asi q creo q los sobrenaturales deben contar, saludos :D
Hola Princesita!, k tal?. Veo k muy liada ultimamente... en fin, espero k pronto vayas más desahogada y puedas publicar más seguido. Sabes k estoy esperando impacientemente a leer otro capi d tu gran historia... k nos reparará William en el futuro?, ains, k ganicas!!!.
Bueno perla, pasaba a saludarte y agradecerte k t pasaras x mi blog y comentaras. Me alegra saber k t gustó mi continuación y k cumplí con tus espectativas.
Bueno reina, t dejo k he estado algo perdida y tengo muchas cosas pendientes x akí... hasta otra!, muak!!!
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