BIENVENIDOS

BIENVENIDOS

Mi nombre es Roxy

Buenas tardes mis pequeños vampiros del crepúsculo.

Desde que tenia 8 años me han fascinado los VAMPIROS , su belleza(no siempre), su sensualidad, su oscuridad, si como yo alguna vez os sentis aislados, contrariados e incomprendidos, porfavor no dudeis en acudir aqui.

Siempre seré fiel a mis ideales, creencias(aunque para algunas personas sean irreales), y fantasias, asi que si compartimos opiniones, unidos a mi clan...

Siempre vuestra:

Princess of dark

domingo, 26 de junio de 2011

SAGA DE LOS INMORTALES

Bueno, hoy os traigo una entradita que tenia ganas de publicar!!

Se trata de la saga de los inmortales de Alyson Nöel.

Este mes como todos los meses a primeros, me dirigí a mi librería habitual para comprarme 4 o 5 libros que poder leer durante el mes.

Uno de ellos era  ETERNIDAD. Me lo recomendó la chica que me atendió, y al leer la sinopsis pensé que era de vampiros, pero no!!
Te deja con ganas de más y más. Solamente deciros que se ha convertido en una de mis sagas favoritas. Aunque es algo difícil que supere Cronicas vampiricas y a Damon, por supuesto.

Os dejo aqui la sinopsis ^.^


Eternidad de Alyson Noël:

Desde que un trágico accidente acabó con las vidas de sus padres y su hermana, Ever puede oír los pensamientos de todos los que están a su alrededor, ver su «aura» (el halo de luz que les rodea) y descubrir su pasado con sencillamente tocarles la piel. Además, Ever se comunica con el espíritu de su hermana, que la visita casi todas las noches en casa de su tía. Tras unos meses de convalecencia, Ever empieza el curso en una nueva escuela, donde pronto se gana la fama de «chica rara». Solo tiene dos amigos, los también excéntricos Haven y Miles. Pero todo cambia cuando un chico nuevo se incorpora a su clase: se llama Damen y es atractivo y exótico, por lo que todas las chicas, Haven incluida, quieren ganarse su interés. Ever, como siempre, se mantiene al margen, pero, para su sorpresa, cuando Damen la mira por primera vez a los ojos, le trasmite una sensación especial, indescriptible, casi mágica. Damen no tiene aura y además, cuando se acerca a ella, interrumpe el corriente de pensamientos que la atormentan.Con el paso de los días, y a pesar de negárselo a sus amigos y a sí misma, Ever no puede evitar enamorarse de él… Pero ¿quién es Damen en realidad?
Es realmente bueno, en el desenlace del libro no pude evitar echarme a llorar!!
Así que ayer corrí rauda y veloz a la librería a por el 2ª libro:
ESPEJISMOS
Me lo leí en 4 horas!! no podía soltarlo, este segundo libro, es bastante triste, pero muy intenso...ever se ve envuelta en un dilema muy grande. Salvar a su amado Damen, o volver atrás en el tiempo y evitar que sus padres y su hermana mueran. Pero en realidad sufre durante casi todo el libro.
No es fácil empezar de nuevo. Y para afrontar el futuro hay que olvidar el pasado: eso es lo que Ever se repite a sí misma tras haberse separado definitivamente de su familia y haberse convertido en inmortal. Ahora Damen y ella tienen toda la eternidad por delante, pero Ever se siente más insegura que nunca de su relación.
Y para complicar todavía más las cosas, Ever tiene la oportunidad de viajar al pasado. ¿Lo hará aunque esto signifique perder a Damen para siempre?
Bueno finalizo diciendo que esta saga es de 6 libros, pero solamente hay uno más en castellano. TINIEBLAS.
Cuando lo lea que será pronto, subire mi parecer.
De momento aqui os dejo la portada
Lo unico que me queda por decir es:
-ESTO SI QUE ES AMOR ETERNO-
Princess of Dark

sábado, 25 de junio de 2011

5ª FASE DEL RETO TEJIENDO UN CUENTO (By dulce Cautiva)

Bueno, aquí os dejo la continuación del Reto Tejiendo un cuento, del club de las escritoras.

Espero que os guste y que os emocione tanto como a mi al escribirlo!!

Un mordisquito dulce a todos!!!




-¿Se puede saber quien narices te crees par andar por ahí seduciendo a mi novio?, aunque por supuesto, él te debió de mandar a la mierda, porque me dijeron que no te quiso besar-.Stacy escupía las palabras con puro veneno.
Como siempre iba con sus tacones kilométricos, y una minifalda que apenas parecía un cinturón. Rubia de bote, y arrogante como siempre. En primaria habíamos sido grandes amigas, pero desde que mi hermano le dio calabazas en 1º, empezó a odiarme. Lo malo era que sabía demasiadas cosas sobre mi.
Stacy seguía hablando a voz en grito, para que todo el mundo la oyese.
- ¿En serio te piensas que el cañón de mi novio, el tío más bueno de todo el instituto, va a querer fijarse en una hortera como tu?, solo hace falta mirarte un segundo para ver que no tienes estilo ni glamour. Además todo el mundo sabe que yo soy la mejor del instituto, por algo está conmigo. ¿No?-. Miró a las estúpidas de sus amiguitas. Unas gemelas que la seguían como una lapa a todos los sitios. Amanda y Wendy. Pelirrojas, bajitas, y tan arrogantes y sin gracia como Stacy. Ellas asintieron de cara al pequeño público que se estaba formando. Todo el mundo cuchicheaba. Pero antes de que yo pudiese mediar palabra apareció él.
Oh, perfecto, pensé. Ahora me dejará en un ridículo aún más grande…
-STACY-.Gritó- Creí haberte dejado muy clarito ayer que ya no quería saber nada de ti ¿no?, no se porque andas por ahí alardeando de que tu y yo estamos juntos, cuando es muy obvio que en la vida saldría con una niñata engreída y calientabraguetas como tú.- La cara de Stacy empezó a tornarse de un rojo intenso. Cuando intentó decir algo Roberto le volvió a interrumpir.
Mirándome fijamente con sus profundos ojos verdes comenzó a decir.
-Además, lo que yo haga o deje de hacer con Caroline, solamente es asunto suyo y mío-. Me di cuenta de que sus amigos seguían en el aparcamiento, observando, pero ninguno de ellos se acercó. La gente empezó a irse.
Sus ojos seguían fijos en mí, escrutándome. Estaba como hipnotizada. Estaba sumergida en aquel par de pozos sin fondo, oscuros hasta más no poder. Pero iluminados con una magia extraña, seductora. Entonces Satcy empezó a balbucear tontamente diciendo que él no había hablado con ella sobre dejarlo, pero Roberto la acalló con una sola mirada como el hielo, mientras le decía:
- ¿Porqué sigues aquí?, ¿es que aún no tienes vergüenza suficiente? Bueno, ¿porque no empezamos con como ayer me suplicabas que te bajase las bragas?-. Stacy se echó a llorar y se fue corriendo con las gemelas pegadas a la espalda.
Roberto empezó a acercarse a mí. Me giré en busca de Iris, pero ella ya no estaba allí. Estaba cada vez más cerca de mí, se tomaba su tiempo, pero al final me quedé acorralada contra la columna.
-Robe…-.
El acalló mis labios con su mano. Su mirada era puro fuego. Pensé que mi corazón se iba a salir de su sitio. Podía notar el calor de su aliento, estábamos otra vez a escasos centímetros. Pero esta vez fue distinto. El cogió mi rostro entre sus manos, y me beso dulcemente, sin prisa.
No tengo palabras para describir lo que sentí en aquel instante. Mi respiración entrecortada solo intensificaba la sensación. Un escalofrió recorrió mi cuerpo. Sin que yo fuese consciente, estaba agarrando su espalda, pegándome más a su cuerpo.
El beso se tornó apasionado, prolongado. Pude oír como un gemido sordo salía de mi garganta. Podía notar como Roberto se deleitaba en él y lentamente, fue separándome de él.
- Ven conmigo-. Fue lo único que dijo.
Yo asentí. Ya no había nadie en el aparcamiento. Todos debían estar en clases. Cuando giré la cara me dí cuenta de que Roberto ya estaba en la moto, viniendo hacia mí.
¿Cómo lo había hecho tan rápido? Solo había sido un segundo que no le había mirado, y ya estaba allí…
Me daba igual. En lo único que podía pensar era en poder estar a solas con él, poder preguntarle que era lo que me había hecho. Que me explicase porque se había intensificado todo tanto. Podía notar una fuerte electricidad que bailaba en mi estómago. Cuando llegó no pude más que preguntarle a donde íbamos.
-A mi sitio favorito. Quiero enseñártelo. Pero… no quiero que vengas obligada. No quiero que me tengas miedo…-. Su mirada se ensombreció.
-¡NO!-. Vaya ahora pensaría que estaba deseando ir…- quiero decir, no te tengo miedo… ¿debería?-.
Mi mente había reaccionado por fin. ¿Acaso iba a montarme en una moto, con un “casi” desconocido? Teniendo en cuenta que era mi vecino…
- Quizá…- estaba pensativo- pero hoy no. No hay ningún peligro. Vamos un poco más allá del lago, tranquila. Aunque siempre puedes decirme que no, y asistir a tus clases claro…-.
-No, esta bien. Pero no conduzcas como un loco por favor…-. Sé que notó como mi voz temblaba porque ví un pequeño atisbo de sonrisa en su rostro.
Para cuando me di cuenta ya estábamos allí. En lo alto de una gran colina observando el lago en todo su esplendor.
No habíamos hablado desde el aparcamiento. Empecé a ponerme un poco nerviosa. ¿Y si era peligroso de verdad? Mi mente estaba cansada. Noté como iba desconectando. Pero entonces habló.
-No estés nerviosa Caroline. He esperado mucho tiempo para poder estar preparado…-. ¿Preparado para qué?
- Para poder mantenerme cerca de ti sin perder la compostura-. Parecía haberme leído el pensamiento…
Por fin mis labios se abrieron.
- ¡Ja! ¿Y a eso lo llamas mantener la compostura?, decirme cosas como “nena”, y quedar bien diciendo burradas delante de tus amiguitos ¿no?-.
-Lo siento, es que debo aparentar delante de… bueno es igual. Aquí no hay nadie que pueda escucharnos.
-En eso te equivocas-. Una voz sonó a mi espalda, y una sensación de intenso miedo recorrió mi columna vertebral.
La cara de Roberto estaba descompuesta.
-¡Christopher! ¿Qué demonios haces aquí?-. Se colocó entre mí y aquel apuesto hombre en cuestión de un segundo. De pelo negro igual que Roberto, y unos ojos de color ámbar oscuro. Aquel hombre daba miedo.  Era alto y musculoso. Tenía una sonrisa perfecta y blanca. E iba vestido con un traje negro, y corbata roja. En realidad se parecía bastante a Roberto.
- ¿Qué, qué hago yo aquí?-. Soltó una sonora carcajada que retumbó en el aire. – Mejor dicho que es lo que tú haces aquí con Caroline.-. Me estremecí.
¿Cómo diantres sabía aquel hombre quién era yo?
Lo último que recuerdo es a Roberto gritando
“No lo hagas Christopher”.
Y entonces me desmayé.

Dejad un comentario a la salida!! Gracias!!

Princess of Dark

jueves, 23 de junio de 2011

CAPITULO 5

Hola mis bellos vampiros del crepúsculo. Aqui os dejo la continuación de Recuerdos de un vampiro.

Espero que no os defraude!!




CAPITULO 5

Aquello me llegó como un puñetazo en el estómago. ¿Como podía haber pensado que ella confiaría en mi? ¡Soy un vampiro por dios! Destilo peligro por todos los poros de mi cuerpo, en realidad no sé porque ella se quedó hablando conmigo, pero en aquel momento dejó las cosas muy claras. De pronto sentí nauseas. El desayuno… estúpida comida de humanos…con la sangre jamás entran nauseas.
Empecé a notar como mi mente se desvanecía. Notaba como mis músculos perdían parte de su fuerza, como empezaba a sentirme muy débil. Caí de rodillas.
Alex corrió hacia mí, ignorando toda palabra mencionada anteriormente. Podía ver su precioso rostro, estaba realmente asustada.
Y entonces sucedió.
Cuando sus dedos tocaron mi cara para asegurarse de que estaba bien, saltó una pequeña chispa que inundó cada molécula de mi ser. Jamás llegué a tener un escalofrío comparable a aquel. Recorrió cada infinitesimal fibra de mi cuerpo, llegando a cada nervio, cada musculo, cada órgano. Mi piel empezó a arder. Solamente existíamos ella y yo. Aquella chispa de electricidad, continuó su camino y salió por donde Alex estaba tocándome. Adentrándose en su ser. Pude ver la expresión de su cara. Notaba como su piel iba erizándose por momentos, como ella también iba perdiendo fuerza, para quedar sentada junto a mí en el suelo.
-¿Señorito William?-La secretaria estaba de pie, a escasos metros de nosotros, mirándonos con expresión enfadada.-Aquí tengo el libro que buscaba-.¡Que oportuna era la gente en aquel pueblo…!
-Si…gracias. Lo siento la verdad es que no me encuentro muy bien-. Cuando giré el rostro para encontrarme con la mirada de Alex, ella ya no estaba. La busqué con la mirada por la habitación. Para contemplar como la puerta de la biblioteca se cerraba de un golpe.
¿Por qué? ¿Porque se había ido? ¿Qué acababa de pasar? Estaba totalmente confundido, como no lo he vuelto a estar jamás.
Me levanté del suelo, y sonreí malamente a la secretaria. ¡Oh! ¡Tenía el libro! Por lo menos algo en aquel día estaba saliendo como yo quería… No pude más que poner cara de entusiasmo, y preguntarle cuanto dinero le tenía que dar. Ella me dijo que nada, que aquellos libros llevaban allí siglos, y que ya nadie los leía. Antes de salir por la puerta todavía dándole las gracias por el libro, vi que Alex se había dejado el suyo. Lo cogí y salí. Pero en lo único que pensaba era en llegar a casa y así poder calmarme un poco. Quizá destrozar alguna habitación. Había tantas en aquella casa que daba igual…
No podía concentrarme en la carretera. Los recuerdos inundaban mi mente. Solo pensar en aquel primer contacto hacía que mi pálida piel se erizase. Un sudor frío atravesaba mi columna vertebral. Tenía las palmas de las manos húmedas, y aferraban el volante con tanta fuerza, que pensé que se iba a partir. Todavía podía sentir réplicas de esa electricidad.
Llegué a la casa a duras penas. Estaba exhausto, lo único que necesitaba era dormir un poco. Todavía eran las 7 de la tarde, así que puse el despertador a las 11 en punto. Aquel día necesitaba alimentarme. El sobreesfuerzo de aquella interminable tarde me estaba pasando factura.
Caí muerto sobre la cama, (nunca mejor dicho), pero por suerte no tuve sueños.
Cuando el despertador sonó, me incorporé de un salto. Tenía que salir cuanto antes para beber un poco de sangre. Ya que no podía ir a casa de Alexandra sin alimentarme…pero… ¿que? ¿Es que me estaba volviendo loco? Tenía que alimentarme para así poder pasar unas cuantas horas leyendo aquel dichoso libro, no para babear por una humana. En aquel momento decidí que lo mejor era un poco de aire nocturno. Me sentaría bien.
Salí al aire libre y respiré hondo. Si, mucho mejor. Ahora ya podía pensar con claridad. Decidí ir al bosque, ya que no quería desangrar a ningún pobre humano.
Me acerqué a la linde del bosque, olí el aire en busca de algún indicio de caza. Comprobé que por allí habían pasado algunos ciervos, y algún perro. Me adentré en la oscura maleza. Aunque bueno…yo veía perfectamente.
Mi cuerpo se rindió totalmente a la caza. Encontré un par de ciervos hembra y no pude más que dejar sus cuerpos sin gota alguna de sangre. El resto serviría de alimento para los carroñeros.
Me encontraba totalmente saciado, así que volví hacia la casa. Pero no conseguí llegar más que a mitad de camino. Porque para mi gran sorpresa y consternación, caí de bruces al suelo, presa de una sensación que pocas veces había sentido. Era el miedo, mezclado con decepción, ira y autocompasión. Pero era miedo. ¿Porqué demonios tenía miedo yo, si yo era lo que más miedo daba de por los alrededores?.
Empecé a analizar aquella sensación. No era un miedo que proviniese de mi corazón, sino que avanzaba hacia el. Eso solo podía significar que ese miedo pertenecía a alguien, pero no a mí. Pero por allí no había nadie. Antes de empezar a cazar había sondeado la zona con mi mente, en busca de humanos. Pero no había absolutamente nadie. ¿Sería de algún animal?  
El miedo empezó a incrementarse. No podía controlarlo, dado que no me pertenecía. Empecé a escuchar una voz. Más bien un pensamiento.
-Viene a por mi, viene a por mi, viene a por mi…-
¡¡¡Dios mío!!! ¡¡¡Era Alex!!!
Si, era su voz, jamás la olvidaría por nada en este mundo. Entonces comprendí que pasaba. Podía oír pequeños fragmentos de lo que pensaba. Aquel contacto, no se como, había creado un vínculo entre nosotros.  Y ahora tenía que ir corriendo y salvarla de lo que la estaba persiguiendo.
Corrí tan rápido como nunca me había creído capaz. En lo único que podía pensar era en que no le pasase nada malo a Alex. Ella tenía que estar bien.
Empecé a oír un nombre. Brian.
Mi alma comenzó a arder, sumida en grandes lenguas de ira, que intentaban desgarrar la superficie. Mis ojos amenazaban en sus pupilas la palabra muerte.
Llegué justo a tiempo para ver como Brian aparcaba su Mercedes juntó a la entrada. Salía del coche hecho una furia y se dirigía hacia la puerta. Pegó tres puñetazos a la puerta gritando.
-¡¡ALEX!! SE QUE ESTÁS AHÍ, ABREME LA PUERTA AHORA MISMO-. Volvió a golpear de nuevo. Podía oír la entrecortada respiración de Alexandra dentro de la casa. Sentía como sus lágrimas caían apresuradamente por su rostro. Esta vez habló Alex.
-¡VETE! No quiero verte. Vete de mi casa o llamo a la policía-. Escuche como Alex se dirigía a la cocina y cogía el cuchillo más grande que tenía y lo guardó debajo de un cojín del sofá.
¡Que lista era esta chica! No podía abrirle la puerta con el cuchillo en la mano, porque él se lo quitaría, pero si las cosas se ponían feas en el salón… no pude evitar sonreír. Quizá no necesitaría de mis servicios.
-Alex, por favor déjame entrar. Solo quiero hablar contigo-. Está vez la voz de Brian era calmada. Susurrante.- anda chica, que no te voy a hacer nada-. De verdad que vulgar era aquella insignificante criatura.
-Esta bien te dejaré entrar, pero solo si piensas calmarte-.
Alex quitó el cerrojo de la puerta. Entonces él entró y se dirigió directamente al salón. Ella le siguió. Cuando llegó, él la miraba fijamente con rabia amarga en los ojos.
-Así que te olvidaste. Por enésima vez. -. Se refería a aquella tarde, que Alex no había acudido a la cita.
-Bueno…Es que me quedé leyendo más rato del que pensaba…Se me pasaron las horas…y…-. Le temblaba la voz.
-Ya. ¡Tú y tus estúpidos libros! Porque no empiezas a vivir más en el mundo real, y no en tu puñetero mundo de fantasía-. Las palabras de Brian hacían estremecer a Alex, y no hacían más que añadir cólera a la lista de mis sentimientos hacia él.
-Mis estúpidos libros de fantasía, como tu los llamas, son la forma que tengo de ser feliz. Ya que en el mundo real no soy nada para nadie.-
-Ah claro. Pobrecita Alex, huérfana de padre y madre, saliendo adelante solita, sin ayuda de nadie, solo, claro está, de la herencia de su familia…-. Yo iba a matarlo en aquel mismo instante, se merecía una muerte lenta y dolorosa. Pero Alex me interrumpió los pensamientos con un grito de rabia.
- ¡¡¡NI SE TE OCURRA MENCIONAR A MIS PADRES!!! TU NO SABES NADA SOBRE MI ASÍ QUE LARGATE DE AQUÍ AHORA MISMO.- Menudo chorro de voz tenía.
Sentí como la ira de Brian se convertía en euforia sádica. Pude sentir el estremecimiento del cuerpo de Alexandra al ver la sonrisa de cazador de Brian
-No Alex, yo no me voy a ningún sitio. Voy a divertirme un rato, gracias a ti preciosa. Ya hemos salido unas cuantas veces, y todavía no he recibido nada a cambio de las veces que te he invitado a todo, y las cosas que te he comprado.-
-¿Te refieres a todas esas baratijas?-. Alex tenía metido el miedo en la columna. Estaba cerca del cojín, pero no podía arriesgarse, tenía que distraerlo de alguna manera.
-¿Baratijas? Tú deliras chica. Solo el anillo vale más que tu casa.-  Iba acercándosele poco a poco. Mirándole fijamente a los ojos. Alex acabó acorralada en la pared. Temblaba de miedo.
En lo único que podía pensar Era en que tenía que hacer algo. Si, pero sin que me cogiese más miedo todavía. Así que no podía hacerle mucho daño. La estridente voz de Brian seguía sonando.
-Me das pena Alex. Mi hermana me decía que eras un bicho raro. Pero estando tan buena como estás, bueno, no quise creerle. Me dijo que te hiciese daño, me decía que como si te mataba, que a la gente le daría igual. No eres nada Alex, eres una estúpida niñata que sueña con vampiros.-  No podía esperar más. Tenía que intervenir. Brian tenía cogida del pelo a Alex, quién intentaba no gritar para no darle ese placer.
-Tu hermana es una zorra-. Alex escupió las palabras, atragantándose con sus propias lágrimas.
Ocurrió todo muy rápido. Irrumpí de golpe en la habitación, Brian soltó a Alex del susto, y se quedó con cara de sorpresa, hasta que le di un puñetazo en el estómago, que hizo que literalmente volase por la habitación. Se quedó fuera de juego en cuestión de unos segundos.
Me di la vuelta para encarar a Alexandra. Quién me miraba desde unos ojos enrojecidos a causa de las lágrimas. Tenía una expresión seria, pero tranquila. Me observaba atentamente, como intentado creer que era real. Que yo la había salvado.
De pronto algo me empezó a empujar fuera de la habitación, fuera de la casa. ¡Mierda! No me habían invitado, nunca supe porque aquella casa me dejó entrar sin ser invitado. Pero justo antes de salir disparado de espaldas hacia el jardín solté el libro de Alex en la entrada. Aquella era mi excusa.

Espero haber saciado vuestra sed y que esta noche de San Juan sea tan especial para vosotros como lo está siendo para mi.

Un mordisco salvaje!!!

Princess of Dark

domingo, 19 de junio de 2011

Concurso, la voz de Astrarielle

Hola mis queridisimos Vampiros del Crepúsculo.

Aquí os dejo mi relato para el concurso del mágnifico Blog,

La voz de astrarielle 

Desde aquí podeis buscar el concurso y votarme ^.^. Pero solamente si os gusta eh!!!jejeje

Bueno pues aquí os lo dejo. Un besazo enorme a todos los que me siguen.




LA NOCHE EN QUE MI ALMA SE QUEBRÓ

Una noche sin luna… Lo único que podía ver era la poca luminosidad de los farolillos del puerto. El mar estaba en calma. Era la noche perfecta.
Que mejor lugar para dos enamorados que una playa desierta, no podía existir un lugar más romántico que aquel. La total oscuridad envolvería nuestros cuerpos. Nos meceríamos a merced de la brisa marina, hacia el lugar soñado, junto a la persona amada.
Ya eran las 11 y media, habíamos quedado a media noche. Eric estaría a punto de salir de casa, con sus broncíneos cabellos y sus ardientes ojos azules. ¡No podía esperar más tiempo! Iría a buscarlo y caminaríamos juntos hacia aquí desde su casa. De camino también podíamos alimentarnos. La pasión se desata más, una vez  el cuerpo está saciado de sangre.
Caminé hacia la casa de Eric, iba casi saltando de alegría. Solamente me quedaba pasar el parquecillo de los cerezos. Además era primavera, y estaban preciosos.
Iba disfrutando del paseo, del olor de las flores blancas, pensando en mi amado Eric, en como nuestras mentes trabajaban en conexión cuando cazábamos. ¡Aquella noche iba a ser un sueño hecho realidad! Llevábamos demasiados días sin estar juntos, el consejo lo tenía tremendamente ocupado. ¡Eran unos pesados!. Yo lo necesitaba mucho más que ellos.
Cuando llegué a mitad de camino, pude oír la voz de Eric, estaría hablando por el móvil con alguien del consejo… ¡Qué bien, le daría un susto de muerte! No pude evitar pensar en la cara que pondría. Me reí por lo bajo. Me acerqué sigilosamente a aquellos bancos. Para lo que no estaba preparada era para la cara que iba a poner yo. Me quedé congelada en el sitio. ¿Quién era esa zorra?
-¡Oh Eric mi amor!, ¿de verás tienes que ir en busca de esa  idiota?- ¡Dios, yo iba a matarla en aquel mismo instante!, pero no. Necesitaba oír las palabras de Eric.
- Tengo que ir mi Ángel. No tengo elección. Esta noche es la noche-. ¿De que demonios hablaba?
- ¿Por qué tienes que ir?, en vez de ir y explicarle que la vas a abandonar. ¿Porqué no directamente nos vamos a Inglaterra y ya está?-. Definitivamente esa asquerosa rubia iba a morir aquella noche.
- ¡Porque no puedo irme sin decirle Adiós!. Llevo mucho tiempo engañándola…Tengo que decirle que amo a otra mujer. Explicarle que puede encontrar a cualquier otro vampiro que le haga feliz.-
Pude sentir como mi alma se rompía en mil pedazos.  No podía estar pasando de verdad. ¡Tenía que hacer algo! ¡¡Eric debía elegirme a mí!! Di unos pasos al frente, con la cara empapada de lágrimas amargas. Jamás había sentido un dolor así de fuerte…
- No hace falta que vayas a la playa. Ya estoy yo aquí-. El semblante de Eric cambió totalmente, de la tristeza mutó al dolor. Dolor de verme allí, dolor por las lágrimas que surcaban mi rostro.
-¡Oh Victoria!, no quería que te enterases así mi amor…-. La rubia soltó una risita. La miré con ojos iracundos, ella calló. Claro ahora tenía miedo ¿no?.
-¿Como que mi amor?¡Como osas decirme mi amor! Después de lo que acabo de escuchar…-. Mi mundo acababa de recibir el peor golpe en 150 años. De los ojos de Eric comenzaron a resbalar lágrimas. Su voz apenas se oía. Apartó a la rubia a un lado y caminó hacia mí.
-Lo…siento. De verdad Victoria, no sabes como lo siento… -. Ya era tarde. Él jamás me elegiría a mí.
-Ahórrate las disculpas Eric. Como has podido… Engañarme todo este tiempo, y sin que yo me diese cuenta. ¡Claro, cuando ibas al consejo, en realidad te reunías con esta zorra  mal teñida!-. Mis palabras eran puro veneno. La rubia habló.
-Perdona pero es mi color natural, ¡y zorra lo serás tú!-. Arranqué en dirección suya. ¿Cómo podía ser tan insensible?. Eric se interpuso y la mando a casa.
-Victoria, de verdad mi intención jamás fue hacerte daño…-.
¡Como me dolía el corazón! Era insoportable. Caí de rodillas, llorando como una niña pequeña. Eric se agachó a mi lado y me abrazó. Le aferré como jamás había abrazado nada en este mundo. Me dolían los brazos de la fuerza que estaba haciendo. Eric giró mi cara, secó mis lágrimas con su mano, y me besó con infinita dulzura. Mi corazón martilleaba para salirse del  pecho. De pronto me quedé sujetando la nada. Eric había desaparecido. Lo único que oí después fue un simple “Adiós amor mío”. Pronunciado por los labios de Eric.
En ese momento me giré, cogí una rama de cerezo y me la clavé en el corazón. Lo ultimo que pude ver fue a Eric correr hacia mí, llorando a lágrima viva, para intentar detenerme. Pero jamás consiguió llegar.
Estas son las últimas palabras que escribo, antes de adentrarme en una luz infinita y cegadora. Aquí no existe el dolor. Lo único que me queda por decir es:
“Sé feliz mi amor…Siempre te amaré Eric.”

Espero que os haya gustado. Espero que alguien me vote...^.^

Bloody kisses a todos!!

Princess of Dark

sábado, 18 de junio de 2011

Capítulo 4

Bueno mis queridisimos seguidores, aquí os dejo la continuación de Recuerdos de un Vampiro.

Espero que disfruteis tanto como yo he disfrutado escribiendolo.





CAPITULO 4

Miré el reloj de la mesilla. Eran las 5 de la tarde. Había dormido demasiado. Tenía que ir a la biblioteca, porque si el libro no estaba allí… no. No quería pensar en negativo. Madre siempre decía que si uno pensaba en positivo, era más probable que las cosas te saliesen mejor. Así que eso fue lo que hice.
Me levanté de la cama y fui derecho a darme una ducha. Me puse mi camisa blanca favorita, unos vaqueros negros y mi querida chupa de cuero. Me calcé mis Puma negras, y cogí mis gafas de sol.
Tenía hambre. No de sangre, ya que estaba muy lleno. Sino de comida humana. Los vampiros que se alimentan de sangre, pero también intentan comer comida normal, al final crean una aceptación en el estómago y se puede conseguir un funcionamiento normal del aparato digestivo.
Eso antes no era posible. Los vampiros jamás aceptaban bien la comida humana. Eric me contó que una vez hace unos 1000 años, intentó beberse una sopa, ya que al ser líquido, pensó que quizá funcionaría. Pero no. Acabó vomitando durante casi una hora…
Nuestra especie evoluciona, mejora. Cada década que pasa, aprendemos cosas nuevas, experimentamos con la ciencia. Existen laboratorios clandestinos que experimentan con humanos. Por supuesto a espaldas de los Antiguos. Cada vez que encuentran uno. Matan a todo el que haya tenido contacto con él. Tanto humanos, como vampiros. Los Antiguos no se andan con tonterías, y más si se trata de un tema tan serio como es que puedan descubrir que existimos.
Me encaminé a la cocina. Me tomé un café, una barrita de cereales, y salí por la puerta. Arranqué mi precioso coche, y tomé camino sur, hacia la biblioteca.
Aquella sensación seguía ahí. Pero tenía bastante poder para mantenerlo bajo control. No debía acercarme a aquella casa jamás. Alexandra no podía enterarse de lo que yo era. Y mucho menos intentar convertirse.
Paré el auto cerca de la biblioteca. Preparé en un papel el titulo del libro que estaba buscando. “Artes oscuras volumen IV”, escrito por Amadeus Blackwood. No quería tener que mencionar el nombre del libro, ya que uno nunca sabía si iba a haber alguien del mundo nocturno alrededor. Aunque viendo el aspecto de aquella desvencijada biblioteca, habría jurado que poca gente acudía allí.
Conforme me iba acercando a la biblioteca, noté un escalofrío que recorría mi columna vertebral. Una cosa curiosa, ya que eso es un indicativo de peligro para los vampiros. No le di mucha importancia, pero me mantuve atento.
Cuando entré en la sala, eché una rápida ojeada, nunca estaba de más asegurarse de cuantas personas había. Vi a la secretaria de la biblioteca y cuando acabé de mirar, en el fondo del todo descubrí a mi bella Alexandra.
¡No podía ser! Ese era el peligro al que se refería el escalofrío. ¡De entre todos los lugares de aquel apestoso pueblucho, ella tenía que encontrarse allí!
Levantó la mirada de su libro. Imagino que para saber quién había entrado. Para lo que no estaba preparado era para su reacción. Me miró intensamente, se encogió en su asiento y comenzó a temblar. Me miraba con pavor.
Aquello chocó contra mí con demasiada fuerza. El dolor que sentía en el pecho era inmenso. Yo tenía razón. Ella me tenía miedo. Me odiaba… Noté humedad en mis ojos. ¿Por qué sentía ganas de llorar? Debería haber estado mejor preparado. No sabía que cara poner. Solamente podía mirar aquellos profundos ojos verdes. Mantenía su mirada atrapada, pero no lo hacía conscientemente. De haber sido así la habría apartado para no ver aquel miedo.
Me acerqué a la bibliotecaria sin quitar la mirada de ella. Le di el papel, y ella salió de la habitación.
Alexandra consiguió hacer caer la mirada de nuevo hacia el libro. Era el mismo de la noche anterior. ¿Libros de vampiros? ¿Eso era lo que le gustaba?. Menuda ironía…
No sabía si acercarme o no. Pero algo tenía que hacer para calmar aquel dolor interno. Era como si una maldita estaca hubiese penetrado en mi oscuro corazón y lo estuviese envenenando.
Mis pies tomaron dirección hacia su mesa. Ya no podía hacer nada. Mi corazón dominaba a mi mente. Mi cabeza gritaba que me fuese, pero ahora ella era el centro de mi universo, y no podía apartarlo a un lado así como así.
Me senté en la mesa. No quería sondear su cabeza. No quería ver aquel terror que yo le provocaba. De haberlo hecho me habría ahorrado muchísimas cosas.
Intenté tranquilizarla con mi poder antes de hablarle. Pareció relajarse un tanto. Pero todavía temblaba.
-Hola-. Alex levantó la mirada de nuevo y se enfrentó a mis ojos. Claro que tenía miedo, pero era valiente.
-Hola- Consiguió decir en un susurro.
- Mi nombre es William, ¿y el tuyo es…?- Esperaba que al presentarme se le fuese algo del miedo que tenia en su cuerpo. Así fue, pero la tensión no desapareció.
-Alexandra, pero todo el mundo me llama Alex. ¿De donde has salido?, nunca te había visto por aquí…- Su voz sonó más segura esta vez. Definitivamente esta chica tenía valor. Todavía no sabía porque me temía, pero por lo menos iba por buen camino.
-No, llevo tan solo unas pocas semanas aquí. Vengo de Venecia, Italia. Mi residencia permanente está allí, pero he comprado la vieja casa que está al norte, pasando el puente viejo.-Esperé un poco, no quería aturullarle con muchas preguntas- Yo a ti tampoco te había visto antes. ¿Eres de por aquí?-.
Estábamos en conexión completa. Jamás había sentido nada igual. No sabía si ella lo notaba también, pero pude percibir un destello en sus ojos. Se relajó un poco cuando vio que alguien más entraba en la biblioteca. Un humano joven, tal vez de unos 25 años. Pelo rubio, ojos azules, porte atlético. El típico prototipo de universitario americano. Se acercó a la mesa. Tenía una expresión enfurecida.
-Alex, ¿Qué diablos haces aquí?- Su voz era estridente, pero masculina.- Llevo esperándote como una hora, no sé si recuerdas que habíamos quedado en el Starbucks- Le hablaba muy mal. Ella no se merecía que le hablasen así. Miré a mi querida dama. Estaba roja de furia. No entendía nada.
- ¿Sabes que Brian?, estoy un poquitito harta de que siempre me hables así, y sabes que también, que acabas de interrumpir una conversación, eres un maleducado-. Me quedé de piedra. Esta chica cada vez me gustaba más. Acababa de demostrarme que tenía agallas.
Brian me miró iracundo.
-¿Y se puede saber quién eres tú?- sus palabras estaban envenenadas. Podría retorcerle el cuello fácilmente, pero lo último que necesitaba era que Alex me temiese más de lo que ya lo hacía. Así que decidí quedar como un caballero. Me puse en pié. Le sacaba unos cuantos centímetros, ya que yo andaba por el metro noventa.
 -Mi nombre es William, y estoy esperando a que le pidas disculpas a esta señorita- Vi de reojo como Alex se sonrojaba.
-¡Ja! Tu no eres nadie para decirme nada.- Podía notar como aquella ira manaba de todos sus poros. Menuda sonrisita de suficiencia que tenia pintada en la cara. - Así que ¿Porqué no te das el piro?-
- ¿Sabes que pienso? Pienso que eres un niñato mal hablado, estúpido y arrogante. Creo que eres de esas personas, que creen que pueden conseguir todo lo que quieran simplemente cogiéndolo, y también que eres un prepotente y un egocéntrico. Se ve que eres un niño mimado a la legua.- Esbocé una media sonrisa al escuchar la carcajada que salió del pecho de Alex.- Ah, y todavía estoy esperando que te disculpes-.
Contemplé como hiperventilaba debido a la vergüenza que estaba pasando. Podía escuchar como su corazón latía apresuradamente. Me dio tiempo de sobra para apartar la cabeza al lado derecho, agarrar su puño y doblarle la muñeca hacia atrás. Acabó arrodillado en el suelo, con una expresión de derrota en el rostro.
-¿Porque no prosigues con las disculpas Brian?-. Alexandra nos miraba a ambos con los ojos muy abiertos. Se había levantado de la silla.
- Lo…siento Alex-. Sonó muy forzado, casi como un gruñido. Pero a mi me valía, y tampoco quería estar en aquella posición dominante durante mas tiempo. Si no, Alex iba a tener una muy mala ´primera impresión de mi.
Le solté la muñeca, él se levantó, se sacudió la ropa malhumorado y se giró para encarar a Alex.
-Hablaremos más tarde, sin tu guardaespaldas presente-. Había un inicio de amenaza en sus palabras que no me gustó nada. Después dio media vuelta y se fue.
                                                                      
***

Mientras Brian estaba saliendo por la puerta, decidí enfrentarme a las palabras de Alex. No sabía cual iba a ser su reacción ante todo aquello.
- Muchas gracias por defenderme, pero ya sé hacerlo yo solita-. Parecía enfadada, pero al mismo tiempo agradecida. Sus ojos brillaban expectantes.
- Siento mucho haberme entrometido así, pero de donde yo vengo, a las mujeres se les trata con educación y cortesía, no con ira y malas palabras-. Pude oír claramente un pequeño y corto suspiro, ella esperaba que yo no lo percibiera, pero claro, si hubiese sido humano, no me habría dado cuenta.- Además, estábamos conversando tranquilamente, y nos ha interrumpido, como tu bien has dicho, es de muy mala educación. Pero de todas maneras… ¿Él es tu novio?-. No sabía si quería oír la respuesta o no…, solamente necesitaba seguir hablando con aquella indefensa y dulce criatura.
- No…exactamente…, lleva enamorado de mi desde secundaria… Antes de eso, éramos grandes amigos, pero salí con él un par de veces este otoño, y ahora no me deja en paz. En realidad si que había quedado con él, pero se me pasó por completo… es que cuando estoy aquí. – Miró a su alrededor con una sonrisa.- Me meto tanto en los libros que olvido que fuera todo sigue moviéndose. Puedo pasarme horas y horas leyendo…-. Parecía absorta en sus pensamientos, como si hablase con ella misma.
No podía creer que alguien pudiese amar más la lectura que yo, pero acababa de dar con la horma de mi zapato. Lo tenía todo, dulzura, belleza, inteligencia, valentía… Cada vez notaba ese hormigueo en el estómago más y más fuerte. Sentía la imperiosa necesidad de acariciar su piel, de fundirme con ella en un solo ser, de adentrarme en su corazón y tocar su alma…
Me miraba con una expresión diferente en el rostro. Ya no era miedo, era confusión. Estaba confundida, pero ¿por qué?.
Me acerqué un poco a ella. De pronto me sorprendió con una mirada gélida.
- No te acerques más a mí, eres malvado. Haces cosas malas a gente buena. No sé porque he seguido hablando contigo, ni porque te he seguido el juego con lo de Brian. Pero de una cosa si estoy segura, provocas en mí una sensación extraña, me entran escalofríos cuando oigo tu voz. Eso seguro que no significa nada bueno, así que ¡Aléjate de mi!

Bueno mis vampiros del crepúsculo, se que os he dejado con todas las ganas,^.^ en eso consiste escribir por capitulos no?? asi que un besito muy sangriento y espero que os haya gustado.

Dejad un comentario a la salida!! Gracias

Princess of Dark

jueves, 16 de junio de 2011

Mi primer regalito se lo doy a....

Bueno comienzo dandole las gracias a Dulce Cautiva por este mi primer regalito recibido, aqui lo teneis:


Ahora tengo que responder a unas preguntitas un poco complicadas...

1. Tu momento más especial del mes:

Pues la verdad es cuando hice mi blog!! (Este mes mi vida no ha sido muy interesante que digamos  ¬¬). Esque no sabia si la gente me leería o no, pero ahora estoy supercontenta, porque no llevo ni un mes y ya tengo 10 seguidores ^.^                                                                                                                           

2. Qué cambiaría de este mes:
Pues no lo se...Bueno si , una discursión que tuve con una compañera de trabajo!!Fué monumental... Más vale que por lo menos yo mantuve la calma...                                                                                           

3. La persona que más amas:
La persona que más amo...Puedo suponer que no en plan romántico no??, de ser asi, mi padre!! Es la mejor persona que he conocido jamás, y no lo digo por ser su hija jejeje. Luchó por poder hacer que mi sueño        fuera posible, poder vivir con él y no con mi madre. Hizo todo lo que pudo y al final lo consiguió!!Bravo por mi padre!!!!                                                                                                                                                 

4. La persona que más odies:

A mi hermana mayor.


5. Qué cosa especial te gustaría que pasara el mes que viene:
Mmmmm dejame pensar...Que me gustaría?? Pues que publicasen mi libro, pero como no va a estar terminado...no pido mucho a Julio, salvo ponerme muy morenita!!                                                      


6. La parte que más te gusta de tu cuerpo:
Mis manos, y mis ojos!! Son verdes claritos y con un girasol de color miel alrededor de la pupilas.Me encantan mis ojos!! Aunque en realidad no veo tres en un burro!!jajaja              

7. Y la que menos:
Mi nariz. Estoy obsesionada con ella, aunque todo el mundo dice que no es fea ni grande, yo la veo de bruja!! Me traumatizaron con ella de pequeña...Una niña muy mala...                                                     


Bueno, ahora el reparto de premios, no se lo doy a 10, porque no sigo tantos blogs todavía!! esque no me da la vida para más!!. Espero los cogais con alegría!!!

1. Dulce Cautiva (no se si puedo darselo a la que me lo ha dado, pero se merece todo eso y más!!)
2. Nadia ( por su saga Híbrido!! Yo llevo ya unos 4 o 5 capitulos del primero, y toy enganchadisima!!)
3. Dama de los Vampiros (fué el primer blog que leí, y le tengo cariño...está genial. Para ti Samantha!!)
4.Arwen (Para mi escritora de poesia en blogger favorita!!)
5. Valnelia(No he leido mucho su blog, pero lo que he leido me ha gustado mucho!!)

Bueno, eso es todo, no tengo más blogs...^.^

Un beso enorme a todos mis queridisimos Vampiros del Crepúsculo.


Princess of Dark


martes, 14 de junio de 2011

CAPITULO 3

Hola mis vampiros queridos. Aqui estamos con otra entrega de un nuevo capitulo. Alos que me seguis un besoo grande y muchas gracias. Y a los que dejais comentarios un mordisquito extra ya que me haceis feliz por un ratito^^   Espero que os guste!!






RECUERDOS DE UN VAMPIRO (Capítulo 3)

Por donde comenzar, esa era la cuestión. Todo había empezado cuando me  desperté a mediodía. No había hecho nada raro el día anterior, había estado en casa todo el día. Había pasado de la noche a la mañana.
Todo esto era muy raro, empezaba a preguntarme si es que estaba enfermo, ya que, dependiendo de que te alimentes, animales o humanos tienen enfermedades, aunque el efecto en nosotros es pasajero.                 Pero el día anterior no me había alimentado, así que debía ser otra cosa.
Estaba tan furioso…, pero al mismo tiempo muy asustado.
Furioso ante la idea de que una humana pudiese tener tanto control en mi, ¡y eso que todavía no me conocía!. Y asustado… porque estaba empezando a amar a aquella joven, cada vez que la recordaba, suspiraba por su piel, su cabello, su olor… Pero… no estoy seguro de cómo expresarlo, tenia la sensación de que ella me temía antes de haber podido hablar conmigo.
Volví a despertar de aquel trance en el que había entrado. ¿Por qué estaba pensando en hablar con ella? ¿O en que me tuviese miedo?
Debía temerme. Ya lo creo que tenia que tener miedo de mi.                                                 
***
            Me acosté sobre las 5 de la madrugada más o menos. Con dormir hasta mediodía sería suficiente para estar descansado. Aquella noche soñé. Algo no muy habitual entre vampiros.
            En el sueño me encontraba en el mismo lugar y en la misma rama de árbol en donde había ocurrido todo.
            Estaba mirando dentro de la casa, examinando a aquella hermosa ninfa. Ella dormía, pero por lo que parecía, aquella noche no tenía pesadillas. Al cabo de unos minutos mirando, me senté en la rama y miré las estrellas sin verlas. Cuando volví la vista al dormitorio. Ella estaba de pié señalándome. Pero esta vez no gritaba. Tenía una mirada pícara en los ojos, y una media sonrisa que me hizo estremecer.
            Miré a mi alrededor confuso, esperando ver algo detrás de mí, pero ella me señalaba a mi.
            Giró la mano y me hizo señas con el dedo para que me acercase. Yo estaba hipnotizado, me puse de pié en la rama y fui andando tranquilamente hacia la ventana.
            -William, mi amor- Ella hizo sonar su dulce voz. La ventana estaba abierta, intenté pasar, pero no pude.
            -Debes invitarme a pasar – Ella así lo hizo.
            Entré en la habitación, olía increíblemente a ella. Se acercó a mi, lentamente, su mirada era fuego. Entreabrió los labios para decir algo, pero al cabo de un instante los cerró y volvió a sonreír.
            -¿Quién eres?- Conseguí articular malamente.
            -¡Alexandra tonto!, ya sabes quien soy.- No conseguía entender nada. Era como si me hubiese perdido algo.-Llevo horas esperándote, al final me quedé dormida-.¿Que llevaba horas esperándome?, ahora si que no entendía nada.-Mi queridísimo William…, hoy es la noche, estoy lista-.
            -Lista, ¿Para que?-
            -Para que me conviertas en tu princesa de la oscuridad, mi queridísimo Vampiro-.
¿Como diantres sabía ella lo que era yo?. Me abalancé sobre ella, la cogí de la muñeca y la dejé de espaldas a mi. Acerqué mi boca hasta su oído y le pregunté:
-¿Quién te ha contado lo que soy?-
Ella empezó a llorar, en aquel instante dejé de sujetarla, pero ella no separó su espalda de mi cuerpo. No sabía porque pero tenía una necesidad acuciante de consolarla y pedirle disculpas.
-Lo siento Alex, no quería asustarte, ¿Cómo sabes que soy un Vampiro?-
-Tú me lo contaste, me dijiste que esta noche me harías como tu, me dijiste que sería tuya para siempre…-. Volvió a sollozar.
¡Qué dolor me provocaba su sufrimiento!. Alcé la mano para acariciar su pelo. Estaba tan suave… Ella ladeó un poco la cabeza, en aquel ángulo podía vislumbrar claramente su arteria carótida, aquella que se encarga de bombear la sangre al cerebro.
 Notaba como su cuerpo pedía a gritos que la mordiese, que extrajese aquel cálido líquido que me daba vida. Estaba excitado, y aquella mujer lo sabía. Volvió la cara hacia mí.
-Pero antes… me gustaría que me besaras, llevas un rato aquí conmigo, y todavía no lo has hecho… ¿es que ya no te gusto?-. Hizo un puchero.
Aquello me sorprendió. No por lo que pedía sino porque me hizo estremecer entero. Si, claro que estaba excitado, pero no por la sangre, que era la única causa que yo podía comprender, sino por el hecho de que iba a tocar aquellos deliciosos labios de fresa.
La giré con un único movimiento, suave, hasta que quedó de cara a mi. Podía ver como sus labios se entrecerraban , como sus mejillas se inundaban de un color rosado, pero lo más hermoso era su mirada. Aquellos ojos verdes eran como pozos sin fondo, me miraba como si me hubiese estado esperando toda la vida, como si me necesitase.
Ella temblaba, lo podía notar, bajo mis manos era tan frágil. El más mínimo descuido y ella podría morir.
Puse ambas manos alrededor de su espalda, la atraje más hacia mí, hasta que quedo totalmente solapada a mi cuerpo. Era como si encajásemos perfectamente. Los dos sabíamos como teníamos que colocarnos. Ella pasó dulcemente sus dedos por mi cabello, los agarró fuertemente y acercó mi rostro al suyo.
¡Yo no lo esperaba!. Creía que me tenía miedo, acababa de estar llorando porque yo la había atemorizado.
Nuestros labios se juntaron en perfecta armonía, su sabor era dulce, aterciopelado. Eran besos tiernos, lentos, excitantes. La cogí en brazos, mi boca pedía más. Podía escuchar su entrecortada respiración, los rápidos latidos de su fuerte corazón.
La llevé hasta la cama. ¡Era cierto! Ella podía ser mi princesa de la oscuridad. Allí sería más cómodo.
-Haré lo que me pides amor mío-. Mi voz sonó clara. Noté como su cuerpo se estremecía. –Vas a ser mía para siempre-. Podía sentir como toda ella estaba en vivo júbilo. Realmente deseaba estar a mi lado. ¿Por qué no dárselo si estaba en mi mano? .

Hice que se tumbase en la cama. Retiré el cabello tan negro como el carbón. La coloqué en ángulo. Ya sentía el dolor de los caninos al extenderse, afilados, precisos. Ella me miró y sonrió complacida.
-Sabes que debes beber mi sangre ¿verdad?- Le pregunté.
- Claro, no tengo ningún problema, ya que voy a estar toda una eternidad alimentándome de sangre, mejor empezar cuanto antes-. Era clara, había que reconocerlo. Mordí mi propia muñeca y le tendí el brazo. Ella empezó a extraer al sangre al instante. Sentía su necesidad. Cuando ya fue suficiente retiré el brazo, ella todavía intentaba retenerlo. Aquello cada vez me excitaba más. Noté como los colmillos crecían hasta alcanzar toda su magnitud, ya no aguantaba más, pasé mi brazo por debajo de su cabeza y hundí mis puntiagudos dientes. No sabría expresar como me sentí en aquel momento, mientras su sangre, tan dulce, tan virgen, entraba en mi y llegaba hasta las partes más recónditas de mi cuerpo. La sujeté con más fuerza. Ella gemía, me di cuenta de que empezaba a quedarse sin fuerzas, sabía que aquello era peligroso,  pero debía continuar. Dejarla  casi sin sangre en las venas, para que luego ella volviese a beber otra vez la mía. Seguí extrayendo la sangre, llenándome con su fuerza vital, sentía como cada molécula de mi cuerpo  gozaba con la experiencia.
Al cabo de un rato me quedé sin nada que extraer. Separé los labios de su cuello, pero para entonces ya era tarde.
Su cuerpo yacía inerte, sin vida.
                                                           ***
Desperté de golpe. Estaba llorando. La había matado…
Hasta que no pasaron cinco minutos no llegué a la conclusión de que había sido un sueño. Nunca había tenido uno, por lo menos que yo recordase. Empecé a pensar rápidamente. Aquello no debía ocurrir jamás. Alex no debía verme nunca. Por su propio bien. Nunca debía saber de la existencia de las criaturas sobrenaturales.
Aunque la conversión saliese bien, yo no podía hacerle aquello a tan hermosa criatura a una vida que significaba la condenación eterna del alma. Convertirla en un Vampiro. Eso no podía pasar jamás.


espero que os haya gustado. Dejad una marca al terminar!!

Bloody kisses

Princess of Dark

domingo, 12 de junio de 2011

CAPÍTULO 2

Bueno queridos mios!!Aqui está el esperado 2º capitulo de Recuerdos de un Vampiro.
Espero que os guste

CAPÍTULO 2

Permanecí inmóvil en el suelo, contemplando aquella habitación, pero solamente viéndola a ella. Seguía el movimiento de su mano cada vez que pasaba una página del libro que sostenía en las manos. Anhelaba tocar aquel hermoso cabello negro como noche sin luna, me imagine entrando en aquella casa y caminando directamente hasta ella, imaginé también como colocaba las manos alrededor de su delicada cara, atraía hacia mí su cuerpo, y besaba suavemente sus labios.
De pronto salí de aquel profundo atontamiento. ¿Qué diablos estaba haciendo? En todo caso debería desear su sangre, no sus labios ¡Estaba suspirando por una humana! ¿Como podía pasarme esto a mi? ¿Por qué justamente en ese momento?.
Me levanté de aquel césped, húmedo de la ligera llovizna que había empezado a caer, de la cual no me había dado ni cuenta , y me acerqué un poco más a la ventana. Sabía que debería haberme marchado hacía ya rato. Pero no podía apartar la mirada de ella.

Estaba recostada en un diván de piel negro, sostenía como ya he dicho un libro, “ Drácula, mi amor” y encima de la mesa que tenía al lado había una copa de vino medio vacía.
De improviso cerró el libro y empezó a recoger algunas de las cosas que había por allí. Unas zapatillas de casa, color morado, la copa de vino y una cajetilla de tabaco. Pasó a la siguiente habitación, la cocina. Dejó allí la copa, encendió un cigarrillo y empezó a subir por las escaleras hacia el piso superior.
Mi corazón martilleó como no lo había hecho en siglos. Tenía que subir al piso de arriba. Necesitaba seguir aquellos delicados movimientos.
Fui corriendo hasta el jardín trasero. Miré hacia arriba. Una luz estaba encendida. Imaginé que sería la de su habitación.
Subí rápidamente al árbol que tenía al lado. Debía acercarme más a ella. Llegué arriba en un abrir y cerrar de ojos. Somos rápidos, así que me acerqué sigilosamente al alféizar de su ventana.
Dejó sus cosas sobre el tocador, apagó el cigarrillo, y de pronto mis ojos se cerraron. Acababa de quitarse el albornoz morado que llevaba.
 Ansiaba poder ver la magnificencia de su cuerpo desnudo, pero por razones que escapan a mi entender desistí de abrir los ojos. Mientras escuchaba como se cerraban cajones comprendí que iba a ducharse. Oí el sonido del agua al caer, y como ella entraba en la bañera. Empezó a cantar.
¡Oh, que voz más hermosa!, era como si una bandada de ruiseñores se hubiese apoderado de mi cabeza.
No cantaba ninguna de las canciones modernas, sino que estaba cantando “Hello” de Lionel Richie , una canción para voz masculina, sin embargo cantada por ella parecía como si la hubiesen escrito exclusivamente para su tono de voz.
Por fin salió del cuarto de baño, olía deliciosamente, como a moras salvajes. Estaba ya arreglada para dormir. Quitó la colcha de la gran cama y se metió dentro. Al cabo de unos minutos se durmió.

No me había dado cuenta pero era tardísimo. Miré al cielo, eran más o menos las 2 y media de la madrugada. Ahora que ella estaba dormida podía pensar con tranquilidad.
                                                                       …
No sabía que demonios me estaba ocurriendo. Sentía una fuerte atracción magnética hacia aquella joven. Pero… ¿Porqué?
Nunca me había sentido atraído jamás por ninguna humana. Desde que nací, allá en la Inglaterra de 1613, como vampiro, nunca había sentido mucho respecto a los humanos, los veía como hermosos animales llevando vidas secretas. No es que los odiase, o los matase, había otros vampiros que si que eran así. Se me ocurrió el mejor ejemplo de ello:
Nícholas, mi  hermano.
Emití un ligero siseo. Yo no era así. No quería ni matarlos ni provocarles ningún mal. Solamente hacía lo que tenía que hacer para subsistir.
Suelo alimentarme la mayoría de las veces de animales. Solamente me alimento de sangre humana, primero, si estoy muy débil, segundo, cuando necesito más poder para pelear, y tercero, si alguna vez se me va de las manos.
No es que me pase siempre, pero en mi vida más o menos me habrá ocurrido una veintena de veces.

En aquel momento me di cuenta de que la chica estaba moviéndose. Estaba soñando. No parecía un sueño muy agradable… Me senté en la rama del árbol y me puse a observar las estrellas. Ellas siempre me inspiraban.
¡Casi me caigo al oír los desgarradores chillidos de la joven!
Me asuste muchísimo, en un solo movimiento estaba ya con la cara pegada al cristal. Agucé mis sentidos en busca de la causa de sus atronadores chillos, hasta que me di cuenta que estaba señalándome, y llorando al mismo tiempo.
¡Me había descubierto! Pero ¿Cómo?
Me solté del alféizar y caí sobre la hierba con un ruido sordo. Segía escuchando a la chica, pero ya no gritaba. Solamente decía:
-Tranquila Alex, solamente ha sido un sueño. Ese hombre realmente no estaba en tu ventana, hay una caída de 8 metros hasta el suelo. Pero era tan real.- Oí como se acercaba a la ventana. Me escondí entre las sombras, es algo que nosotros los vampiros hacemos con frecuencia para no ser vistos si no queremos. Nos fundimos con el entorno. 
Miró al jardín. Podía oír su entrecortada respiración. Podía oler su miedo. Me entristeció la idea de que me tuviese miedo antes de poder llegar a conocerme.
Cuando por fin volvió al lecho. Huí como alma que lleva el diablo. Sentía como si hubiese hecho algo mal. Tenía un mal presentimiento.

                                                                       …

Cuando llegué a la casa la sentí fría y solitaria. Entré en mi habitación. Era la estancia más pequeña de la casa, pero aun así era grande, a mi parecer era la más acogedora ya que pasaba la mayor parte del tiempo en ella. La había decorado yo mismo con unos muebles que traje de Italia.
Una cama de matrimonio de estilo victoriano, con dosel, del que colgaban largas cortinas de seda roja dominaba la habitación. A su lado, dos mesillas negras, idénticas en color y estilo a la cama, sostenían dos lámparas de sobremesa de los años 70 de color rojo.
En una de las esquinas había un sofá y un butacón de terciopelo negro y patas doradas, y una mesita de café de cristal lacado.
Había una puerta en frente de la cama, daba al baño. Era totalmente moderno en comparación con la habitación. Lo mande diseñar a mi gran amigo Eric. Hizo un gran trabajo. Tenía una gran bañera Jacuzzi en una de las esquinas, aunque no la utilizaba mucho. Prefería la ducha, estaba oculta por una pared de cristal negro y blanco.
La última pared que queda por describir es la del ventanal. No hay mucho que decir, da al jardín delantero. Y toda, absolutamente toda la pared, estaba llena de mis amados libros.
                                                                         ...
Me quité la ropa, toda negra como de costumbre. Me quedé solamente con mi ropa interior, seda por supuesto. Anduve por la habitación durante unos minutos. Arreglando aquello, ordenando esto… No podía prolongarlo más.
Tenía que pensar y examinar cada paso que había dado aquella noche.
No podía cometer errores. No estando tan cerca de conseguir mi ansiada meta. Y mucho menos por una insignificante humana.


Espero que os haya gustado!!!
Como siempre digo, seré feliz si me dejais un comentario ^^


¡¡Mordiscos muy dulces para todos mis seguidores!!


Princess of Dark