PROLOGO:

No se como comenzar esta historia.Es una buena historia...o eso creo, todavía lo temgo todo un poco difuso.
Es una historia de engaño, odio, pasion, venganza pero sobretodo de amor...

Es un nuevo dia aqui en Venecia.Son las 6:03 de la mañana y el sol despunta sus primeros rayos sobre las tranquilas aguas venecianas.Aqui estoy yo, en un rincón de una bocacalle, que ni siquiera se como se llama.En realidad no me importa.Nos iremos pronto,lejos de toda esta maldad y destrucción, para no volver nunca más.
William me mira, y me sonrie.Todo ha terminado.Altair no volvera a hacernos daño nunca más.


Empecemos la historia.
Mi nombre es Alexandra, Alex para los amigos, tenia 19 años cuando conocí a William.La primera vez que le vi, sentí un escalofrio recorrer mi espalda desde el cuello hacia abajo, no fué de esos frios, todo lo contrario, extendió un calor bajo toda mi piel. Estaba en la biblioteca local de mi pueblecito, Ellwood. Él entró sin hacer mucho ruido, pero tengo muy buen oido. Llevaba unos vaqueros negros, una camiseta negra de manga larga que hacia que se le marcasen unos bíceps bien definidos, y unos pectorales espectaculares, si se me permite decirlo.
Me miró fijamente, tenia los ojos de un azul tan claro que parecían un trocito de cielo, tenia una mirada penetrante, no lasciva, pero si con un punto de picardía.En aquel instante vi como se dirigia a la secretaria de la biblioteca para pedirle algo, se lo pasó en un trozo de papel, todo ello sin apartar la mirada de mi. Empecé a ruborizarme, era algo que se me daba de maravilla, y baje lentamente los párpados. Me pareció atisbar como sus pupilas se contraían, pero no le di mayor importancia.Si se la di al hecho de que se acercó a mi mesa y se semtó.La gracilidad de sus movimientos me impresiono, hacia todo como si no le costase ningún esfuerzo. Sentia su mirada, yo seguía leyendo, pero levante la mirada y entonces algo ocurrió, algo que jamás imaginaba que me pasaría, bueno si en mis fantasias pero no en la realidad. Cogió mi mano y la besó dulcemente. El contacto quemaba y a la vez parecía helado. Pegué un bote en la silla.

-Lo siento-dijo él- ¿Te he asustado?
-Solo un poco- me mostró una media sonrisa- es solo que estaba concentrada leyendo, me meto demasiado y a veces no me entero de lo que sucede a mi alrededor- Sonreí.
-Mi nombre es William-hizo una pequeña reverencia.
-Yo me llamo Alexandra, pero todo el mundo me llama Alex, un placer-Yo también baje la cabeza, era la primera vez que me hablaban y tocaban de esa manera.
- ¿Qué lees?-
-Entrevista con el vampiro de Anne Rice, es uno de mis favoritos-pareció sorprenderse, pero intentó no mostrarlo ante mí.
-Vaya, te gustan las historias de vampiros-Lo dijo levantando las cejas, así que yo le contesté un poco molesta.
-Si,¿a ti no?Me han fascinado desde siempre.Es una pena que no sean reales- Haber que me respondía.
-Lo siento no quería molestarte,la verdad es que si que me gustan, bastante.-Pareció reirse de un chiste privado.
-¿Que te hace tanta gracia?-
-Puedo imaginar porque te gustan.O porque te gustaría que existiesen-.Volvió a enseñarme una media sonrisa.
-¿A si? Lo dudo bastante- Era la primera vez que hablaba con William y ya sentía una especie de conexión entre nosotros, más tarde descubriria que él estaba influenciandome para que no me asustase, aunque no lo habría hecho.
-Yo no-
Era un poco arrogante, pero decididamente era espectacular, nada en el parecía normal, era perfecto en todos los aspectos. Tenía unas facciones duras, mandibula ancha, nariz recta, pómulos en el ángulo perfecto.Su pelo era oscuro, no negro, pero casi,brillaba mucho.Seguramente en aquellos instantes William debió pensar que estaba loca, me había detenido a mirarle tan ensimismada que no me di cuenta de que llevaba callada unos minutos.

-Te imaginas encontrandote con uno de casualidad, y tambien imaginas que accede a convertirte.Seguro que te fascina el como sería ser inmortal, beber sangre, ser mas fuerte, mas rápido, más ágil, un depredador. Poder vivir miles de años sin que el tiempo deje mella en tu rostro, sin envejecer ni un ápice-.Cuando acabo se quedó mirandome con un aire de autosuficiencia que me sacó de mis casillas.
-¿Sabes que? Que te equivocas- Estaba cabreada, no sabía nada de mi,¿como podía juzgarme de aquella manera?, y además tratandose de un tema como ese-Te equivocas completamente.Si, todos esos temas triviales que has dicho son muy interesantes,sería un aditivo a lo que mas megustaria, que sería...-Me intimidaba contarselo a aquel hermoso jóven, pero era el único chico que había entrado en aquella desvencijada biblioteca desde que yo tenía memoria, ya nadie iba allí.
-¿Que es?-dijo william con una clara curiosidad en su rostro.
-Ahora resulta que te interesa ¿eh?-

Me di cuenta de que estabamos casi rozandonos, nos habiamos inclinado en dirección del otro como si la conversación fuese un secreto.Me sentí embriagada de aquel aroma como a...en realidad no se parecía a nada que hubiese olido jamás.Era un olor dulce y picante a la vez, era como si su aroma bajase todos mis escudos.Aquellos que no permitia jamás que retirasen.reuní valor y contesté.

-En realidad lo único que me gustaría de verdad, lo que ansío con toda mi alma, es ser inmortal, no para ser fuerte y poderosa durante años, sino para conocer a mi otra mitad y tener toda la eternidad para poder ser feliz a su lado, poder pasar cada minuto de mi nueva vida con él y algun dia en un futuro muy distante, poder enfrentarnos a la muerte juntos-.

¡No podia creermelo!Acababa de contarle a aquel extraño joven, aquel caballero que la había besado dulcemente en la mano...pero...no podía ser.¿Estaría sucediendo?No.Era una autentica locura.Me fijé en William.Estaba pálido, bueno más palido que como había entrado.

-¿Que sucede?¿No te irás a reir?-.Volví a sonrojarme.
-No-Me penetro con la mirada, noté como sus ojos me atravesaban.-Estoy gratamente sorprendido, es lo más dulce que he oido jamás, y he vivido muchas cosas creeme.Jamás pude imaginar conocerte...-.

Me lo dijo de verdad, mirandome a los ojos, totalmente serio.Podia oír como mi corazón martilleaba para salirse de su sitio.Lentamente cogio mi mano y volvió a besarla, por poco me caigo de la silla, me maree y al instante estaba en sus brazos.No había nadie en aquella pequeña sala, solamente estabamos él y yo, el todo y la nada, la luz y la oscuridad, por lo menos asi lo sentía yo.
William me sostenía, acariciaba mi cabello negro con delicadeza, nuestros labios estaban apenas a unos pocos centrimetros , su aroma volvió a introducirse en mi, volviendo a nublar mis pensamientos, lentamente se acercó a mis labios, apenas los había rozado cuando yo me abalancé sobre los suyos. Era como si nuestros cuerpos lo hubiesen estado buscando desde que William entró en aquel pequeño lugar, desde siempre...Sus labios eran maestros en los mios, sabian como dirigirme y que hacer. Volvio a manar calor de mi piel, su contacto ardía, era electrizante.Lentamente fué separandose, sin apartar sus ojos de los mios, conteniendo la respiración.

-Señor Blake.Aqui tengo el libro que buscaba.-

.La secretaria nos miró enfuruñada.¿Que había ocurrido?


Siento dejaros con la intriga mis queridos vampiros del crepusculo, pero como decimos, el sol va a salir y nos vamos a dormir...jejeje.
Muchas gracias a los pocos que me leen, seguiré la historia, que pasara?????

Bloody kisses:

                          Princess of Dark